Fuga sin fin, de Joseph Roth. Traducción de J. L. Vernal. |
"Yo no escribo lo que se llaman comentarios ingeniosos. Yo
dibujo las facciones (irregulares) de la época... Soy un periodista, no un
reportero, soy un escritor, no un fabricante de editoriales”
No resulta ser cosa rutinaria volver a leer la más que seductora Fuga
sin fin de Joseph Roth (1894-1939), cuando llegan las calores del estío, para
el buen lector de tan conmovedor clásico, eterno maestro de una prosa envuelta de sencillez descriptiva y humana, efectivamente
es una fuga perenne: clásico por que se vuelve a sus páginas debido a que
siempre ha quedado algo que mostrar al fiel lector, consiente y agradecido de
tener entre sus manos, esta fuga que considero, junto a su fabulosa novela La marcha de Radetzky, una de sus mejores creaciones
de su narrativa, ejemplar literatura de los mejores escritores en la
lengua de Schiller y Hermann Broch.
Tesoro literario sobre un personaje que intenta escapar de una geografía en
explosiva ebullición, traducida con esmero al español por J. L. Vernal gracias
a la exquisita editorial Acantilado y al
siempre recordado editor Jaume Valcorba que dedicó años a una cuidada edición
de gran parte la obra del autor de Job.
Joseph Roth pertenece a esa estimada e imprescindible galería de
escritores entre la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. con esta
historia juega la ficción de sus personajes y la realidad histórica, la
nostalgia del ayer amado de una vieja Europa con otra que nace imponiendo un nuevo orden político y moral
que para nada envejece y entre sus
muchos títulos literarios. Para mí, fuga sin fin es una de sus mejores novelas.
El transcurrir de su trama ofrece un contenido que cautiva, las secuencias y
andazas del judío Franz Tunda, oficial austriaco reflejo en gran parte de la propia personalidad del
escritor. El personaje nos invita en cada nueva lectura descubrir y degustar sentidos diferentes de vida aventurera, gozos
y desencantos del teniente Franz Tunda, caído en manos de la mala fortuna al ser hecho prisionero en
Rusia al comienzo de la Primera Guerra Mundial. La historia transcurre entre
1919 y 1926 y en ella como en esa ficción de crear vidas y personajes podemos
hallar una sucesión de fragmentos en los el lector de Roth irá descubriendo y
reconstruyendo la propia vida del autor, teniendo muy en cuenta que a él no le resultaba agradable contar su
propia existencia, escapaba por medio de la fabulación. Mas al resultar imposible
por su propio ser y no ser, va describiendo piezas de vidas que al seguirle las
huellas que va dejando logra el lector
componer la verdadera personalidad y existencia del escritor.
Se puede comprender y considerar que
a través de sus novelas intenta plasmar, crear, su propia personalidad
perdida en el exilio de una fuga hacia adelante impregnada de nostalgia, la
nostalgia de un tiempo existido que fue una constante en la lejanía de su raíz
a la que hay que sumar su alto estado alcohólico. En las biografías sobre Roth
se señala, que cuando estaba borracho, sentado en los cafés de Viena o de
Berlín, luego en Paris, Roth hablaba de sus hazañas de oficial en el glorioso
ejército austríaco, durante la Gran Guerra. Cada vez que volvía a contar la
historia lo hacía de un modo distinto. Sus amigos sabían que mentía; sabían que
el judío Joseph Roth, endeble y bajo de estatura, nunca habría dado la talla
para ser soldado, y menos oficial de aquel altivo ejército derrotado. La talla
de digna y envidiada altura estaba en su creación literaria. Se conoce que no
fue un intelectual de abundante lectura. su cultura fue periodística y de la
experiencia del vivir diario del que mostró ser
aplicado observador y apasionado lector de diarios, tomando como modelo
la cita de su compatriota y compañero Karl
Kraus: "Un escritor que se pasa el tiempo
leyendo (a otros autores) es como un camarero que emplea su tiempo comiendo”
actitud a la que se le puede sumar la estancia de exiliado en Paris viviendo de
hotel en hotel, sin hogar propio y sereno en que en el transcurrir del tiempo
se van instalando y acumulando el apego
a la estancia y todo lo que le da vida y compañía.
Así se desarrolla la vida del teniente Franz
Tunda, nombre que ocultaba al suyo, un sin papeles de origen desconocido,
errante, sin destino. Solo con su patria de ayer derrotada en la mente
desbordada por nostalgia que no estará ausente de su obra como alimento y
sostén del tiempo experimentado en esa permanente fuga ninguna parte. Aceptando el cambio del nuevo
orden en la vieja Europa, pero imposible de poder separar las muchas etapas que
en todo un envolvente proceso ha vivido,
entre las cuales este teniente participó en la Revolución rusa en la que dejó
anunciada con sobrecogedora visión el gran fracaso de lo que fue esperanza de
muchos.
Francisco Vélez Nieto
Pueden contactar con el autor en la dirección electrónica: veleznieto@telefonica.net
Francisco Vélez Nieto
Pueden contactar con el autor en la dirección electrónica: veleznieto@telefonica.net
Francisco Vélez Nieto |
Escritor, poeta y comentarista
literario. En verso tiene publicados los libros “La otra historia de siempre”-
“Excepto la derrota”- “Nueva Poesía Sevilla” “Memoria ante el espejo” -
“Itálica y otros poemas” Vª edición - “Poesía Unida”. - Los cuadernos: “Poetas
en el aula”, “Poetas y humanistas”, “Cuadernos abiertos”. “De soledades y
desencantos. Prologuista y editor de las antologías:”, “Antología del Olivo”,
“Poetas en bicicleta”, “Poetas en Sevilla”, “El Aljarafe y el vino” “La caricia
del agua” y coordinador de Las luces del agua (Ánfora Nova 2011) “El vino y la
poesía” Antología poética (Ediciones Guadalturia 2011).
En prosa, “Itálica y el
Monasterio de San Isidoro del Campo (Guía para el paseante 3ª edición). Guía
oCulta del Parque de María Luisa. (Paseo secreto entre glorietas y poetas)
Es coautor en varias obras.
Incluido en las antologías “Itálica Famosa” “Nueva Poesía Sevilla”, “Soleares”,
“Poetas en Sevilla”, “Homenaje al soneto”, “El ultraísmo”, “Homenaje a la
Generación del 27” “Homenaje a Juan Ramón Jiménez (Ateneo de Sevilla) “El
Aljarafe y el vino”. “Un salto a la vida” (Visiones y pensamientos).
Presidente de Honor y consejero de la
Asociación Colegial de Escritores de España en Andalucía, ACE-Andalucía
Recientemente ha
obtenido el I Premio Mecenas de la Literatura Andaluza, “Manuel Altolaguirre”,
por su decidida vocación, a lo largo de su vida literaria, en pro de los
escritores y las letras andaluzas, propiciando la difusión y la visualización
de autores andaluces y de su obra, así como por su vocación literaria que los
ha llevado a desarrollar una obra personal de gran relevancia en el ámbito
andaluz y nacional.
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