La lectura, memoria infinita del ser humano

Lectura, escena familiar bajo la lámpara. Salvador Dalí. 1981. Óleo sobre Cobre. 12.8 x 17.7 cm. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. Madrid. España. Donación de Dalí al Estado español.

lunes, 31 de agosto de 2015

No dejar a nadie en el mar. Por Roberto Saviano. Sección Medios de comunicación y sociedad ( I )

Dolor. Vincent van Gogh, 1882
Retornamos a la senda literaria tras el periodo vacacional "ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar" como señalaría D. Antonio Machado. Millares de seres humanos caminan acompañados por el infortunio, el desamparo y la muerte en una desesperada y desoladora comitiva que, bajo el signo del estremecimiento y atravesando el mar y la tierra, llega al corazón de Europa, mientras ésta permanece inerme. El grito mudo de los desaparecidos bajo las aguas, hacinados en campos de refugiados o lacerados por las alambradas es ensordecedor desde hace años.

Iniciamos con el artículo del escritor y periodista Roberto Saviano publicado en el periódico El País el 20 de abril de 2015 que como un mortal presagio nos refiere la hiriente actualidad a pesar del tiempo transcurrido, una nueva sección dentro del blog de la Delegación en Sevilla de ACE-Andalucía bajo el título Medios de comunicación y sociedad. En ella incorporaremos todas aquellas publicaciones de medios de comunicación que consideremos de interés y contengan la mirada y análisis del escritor sobre temas candentes en la sociedad del siglo XXI.

El Mediterráneo convertido en una fosa común. Más de 900 muertos. Muertos sin historia, muertos de nadie. Desaparecidos en nuestro mar y pronto borrados de nuestras conciencias. Ocurrió este lunes: un pesquero que vuelca, unos inmigrantes —es decir, personas, hombres, mujeres y niños— engullidos que se convierten en fantasmas. Pero ya sabemos que volverá a pasar mañana. Y en una semana. Y en un mes. Llevando nuestras emociones hasta la indiferencia. Repite una noticia todos los días, con las mismas palabras, con el mismo tono, por triste y afligido que sea, y lograrás que ya no se escuche. Esa historia no recibirá atención, parecerá la misma de siempre. Será la misma de siempre. “Muertos en una barcaza”. Algo relevante para los encargados de los trabajos, historia para las asociaciones, desesperación invisible.


Si ahora, justo ahora, hablamos del tema, solo es porque los muertos son 900, quizá más: una cifra desmesurada, inhumana. Si es que esta palabra aún tiene sentido. Seguimos sin saber nada de ellos, pero estamos obligados a saldar cuentas con la tragedia. Saldar cuentas: porque hablamos de números y nada más. De haberle faltado dos ceros al parte de muerte, ni siquiera habríamos sabido de él. Porque ya no es más que una cuestión de números (o de detalles dramáticos como “inmigrantes cristianos arrojados al mar por musulmanes”) lo que supone la diferencia. No para los individuos, no para las sensibilidades privadas, sino para la comunidad que deberíamos representar, que debería representarnos. Porque a la indiferencia personal, acaso comprensible, la acompaña en el plano político una algarabía de declaraciones: disputas, acusaciones en tonos violentísimos. Nadie consigue hacer lo que necesitamos más que ninguna otra cosa: hacer que se comprenda. Pocos se dedican a ello: Médicos sin fronteras, con la campaña #millonesdepasos, intenta contar lo que ocurre, evitando reducir a estas personas a su problema. Es decir, a “expatriados, inmigrantes ilegales, clandestinos”: palabras que diluyen la esencia humana para que sintamos con menos intensidad la pérdida infinita ante la tragedia. Muchos políticos, incluso en estos momentos, gritan. Salvini habla de “invasión”, cuando en realidad la mayor parte de los que llegan no se queda en Italia, sino que se dirigen a Francia, Alemania o los países del Este. El Movimiento 5 Estrellas, que en sus propuestas había planteado un debate interesante, por desgracia ha caído en la tentación de cambiar el baricentro de la cuestión, del “salvar vidas” a “la expulsión”, asumiendo como cierta esa falsa lógica de que cuanto más difícil sea entrar en Italia de forma clandestina, menos intentos de llegar a nuestras costas se producirán. No es así; no se salvan vidas endureciendo las fronteras, y no solo lo demuestra la experiencia italiana, sino también la estadounidense. Basta leer el libro Los migrantes que no importan, de Óscar Martínez, para comprender que los flujos clandestinos de personas desde México hasta Estados Unidos rara vez se pueden gestionar y son imparables.
La cuestión es que el primer objetivo debería ser precisamente ese: salvar vidas, preocuparse por ellas. En cambio, se ha logrado convertir esa voluntad en algo ridículo, romántico, ingenuo. Cualquier reflexión sobre el dolor de los otros, de los que llegan de un “submundo”, ha de ser contenida. Hay una economía en el sufrimiento. Quien valora el dolor, quien calibra la tragedia humana, quien intenta despertarse del torpor de la cifra de ahogados es tildado e inscrito automáticamente en el movimiento de “los buenos de más"
Es obvio que, racionalmente, resulta imposible imaginar una acogida universal y desmesurada, sin reglas; sin embargo, la estrategia adoptada, que se basa en admisiones y devoluciones un tanto aleatorias, ya no se sostiene. A Italia no se le reconoció el peso político que debería haber tenido al ser un país bisagra. Teníamos que aspirar a enfrentarnos al resto de Europa por el tema de la inmigración. Teníamos que aspirar a que nos escuchasen, sin que nos endilgaran, sin que delegaran “el problema” en nosotros.
La perenne campaña electoral de Renzi, que en el plano internacional parece estar más interesada en adquirir credibilidad diplomática que en plantear e imponer temas, no nos están ayudando, aunque parece injusto atribuir a este Gobierno toda la responsabilidad. Europa calla, culpable, pero podemos intentar cambiar las cosas. Podemos comprometernos a interpretar, a contar, a no permitir que estas vidas sean aplastadas y desperdiciadas así. Que se queden atrás, tan atrás que desaparezcan de nuestra vista. Convirtiéndose en un fantasma, en un estereotipo, en un incordio.
Inventarnos caminos alternativos, reunir toda la creatividad posible. Hablar del tema en televisión y en Internet, pero de otra forma: como decíamos, “expatriado” o “ilegal” son términos que diluyen la esencia humana construyendo una distancia irreal, que baja el volumen de la empatía.
Tenemos que pedir a los partidos que presenten a candidatos que hayan vivido la experiencia; abrir las universidades a esos hombres y mujeres. ¿Disminuirá todo eso el consenso político, con la cantilena del “primero nosotros y luego ellos”? Probablemente sí, sucederá. Pero solo en primera instancia; pronto nos daremos cuenta del enorme beneficio que supone. La historia de los desembarcos y de los flujos de inmigrantes tiene que convertirse en un tema que el Gobierno considere fundamental dado su consenso.
Renzi y su Gobierno responden con diligencia cuando un tema se vuelve mediático y popular: si perciben que el juicio sobre ellos estará determinado por el problema de la inmigración, empezarán a diversificar, a buscar nuevas estrategias y dar nuevos enfoques. El semestre italiano en Europa ha supuesto una profunda decepción, por lo que respecta tanto a las propuestas sobre los flujos de capital criminal (era una buena ocasión para plantear el tema del blanqueo) como sobre inmigración. Pero ahora es inútil lamentarse de lo que no se ha hecho; es necesario que Europa decida de manera diferente. Dar a los inmigrantes un espacio que no sea esporádico. Que la televisión los reciba, empezando a pronunciar bien sus nombres y los de sus países, contando su día a día y su resistencia.
Los únicos que a esta hora representan lo que Europa debería ser son los italianos; los muchos italianos que salvan vidas todos los días corriendo el riesgo de violar las leyes. La figura que mejor describe a estos italianos honrados es la del pescador Ernesto, en la preciosa película Terraferma de Emanuele Crialese, que viola la orden de la Capitanía de mantener su pesquero alejado de una patera respondiendo con un sencillo, humano y potente: “Yo nunca he dejado a nadie en el mar”.


Dolor es un dibujo de Vincent van Gogh realizado en 1882. El dibujo representa una mujer embarazada de 32 años, Clasina Maria Hoornik, conocida como "Sien". Es ampliamente reconocida como una obra maestra del dibujo, la culminación de un largo proceso de aprendizaje técnico por parte de Van Gogh. El propio autor señala en una de sus cartas, "Quiero hacer dibujos que conmuevan a la gente. Dolor es un inicio [...] hay al menos algo que viene directamente de mi propio corazón".




domingo, 16 de agosto de 2015

Rafael Chirbes. La solidez y compromiso de un escritor. Por Francisco Vélez Nieto


Queridas amigas y amigos lectores:

desde la Delegación en Sevilla de ACE-Andalucía os trasladamos nuestro sincero agradecimiento por la fidelidad de vuestras visitas que aumentan día a día y que nos llenan de satisfacción pero que, a la par, son acicate para no cesar en el inconformismo y ofrecer contenidos literarios interesantes y atractivos. Asimismo nuestra bienvenida y salutación afectuosa a quienes lo hacen por primera vez. Será un verdadero placer seguir contando con vuestra confianza y atención lectora si así lo estimáis 

También os animamos a conocer y participar en estas dos iniciativas que convocamos:


*Hazte CAZADOR DE HISTORIAS. Más información AQUÍ

*TALLER LITERARIO FACTORÍA DE LECTORES. 
  La mirada del otro en la literatura. Más información AQUÍ

Os recordamos la INAUGURACIÓN del CURSO CULTURAL 2015-2016 
de la Delegación en Sevilla de ACE-Andalucía.Más información AQUÍ

Durante los próximos quince días el consejo de redacción de este blog inicia el periodo vacacional. De ahí que durante este tiempo no habrá nuevas publicaciones. No obstante os invitamos a degustar la lectura del artículo que Francisco Vélez Nieto dedica a Rafael Chirbes, recientemente fallecido. Con ello hacemos patente y manifiesto nuestra admiración por el escritor y periodista valenciano afincado en Dènia (Alicante).

Con nuestros mejores deseos de buenas lecturas estivales.


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Rafael Chirbes
Ejerció la crítica literaria durante algún tiempo y otras actividades periodísticas, como las reseñas gastronómicas. Su primera novela, Mimoun (1988), quedó finalista del Premio Herralde y su obra La larga marcha (1996) fue galardonada en Alemania con el Premio SWR-Besten liste (La mejor de la lista). Con esta novela inició una trilogía sobre la sociedad española que abarca desde la posguerra hasta la transición, que se completa con La caída de Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003).

 Con Crematorio (2007), un retrato de la especulación inmobiliaria, recibió el Premio Nacional de la Crítica y el V Premio Dulce Chacón. La novela En la orilla (2013), continúa el retrato de la España en crisis, y recibió también el Premio Nacional de la Crítica 2014 y el Premio Francisco Umbral al libro del año 2013. Fue  considerada mejor libro del año, según los periodistas y críticos literarios del diario El País.

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Rafael Chirbes. La solidez y compromiso de un escritor


"Para escribir un buen libro no considero imprescindible haber leído el Quijote. Cervantes, cuando escribió el Quijote, aún no lo había leído"

 Miguel Delibes

En esta sociedad donde las martingalas literarias que se cuecen en las trastiendas del mundo del libro imitan en especiales ocasiones el modelo  cochambre del latrocinio inmobiliario. Resulta que así, como  quien espera el alba, emerge la noticia refrescante y justa que convierte en protagonista al novelista Rafael Chirbes que con su obra En la orilla (Anagrama 2013), con la que logró el Premio de la Crítica 2013. Premio que ya en 2007 con su novela Crematorio fue  igualmente reconocido dada su alta calidad literaria y testigo de cargo de la realidad nacional.

Ambas novelas se continúan pues en ellas Rafael Chirbes aborda el proceso de la burbuja inmobiliaria que asoló España: la especulación y la corrupción política, el fraude y esa resaca posterior  que nos zamarrea cuando el castillo de naipes se ha desmoronado, una situación que ha llevado a la sociedad española a descubrir la verdadera carroña que existe cuando anda por medio el dinero fácil, palabra que utiliza el autor en sus dos novelas. El escritor frente a la farándula del desgobierno tardofranquista en absoluto es optimista con el futuro triste de la sociedad, esa desesperación del ciudadano cuando no tiene para comer porque el paso siguiente es "El cabreo. Mucha gente cabreada sin ordenar las ideas y pasarlo por la cabeza te puede llevar a cometer locuras y eso provoca miedo. Es peligroso". El jurado destacó “el buen retrato de lo social de este país como Víctor Hugo reflejó la de París y Dickens la de Londres” los buenos y fieles lectores del autor de Crematorio y En la orilla sin olvidar Pecados originales, pueden con todo derecho disfrutar del gozo, compartirlo con un autor que tanto aporta a la literatura de calidad reflejando en ella la cruel y esperpéntica realidad española.

Corría este año de 2007 cuando Anagrama publicó Crematorio una novela de actualidad excitante poseída de escritura ejemplar, transparencia, compromiso y estilo narrativo. Realismo propio de un escritor cuya madurez lo ha situado en ese ventanal donde la claridad de visión de la sociedad, permite palpar las circunstancias de  tan demoledora caminata corruptiva dominada por el Poder y sus acólitos  cuadrilleros de políticos, voluntariamente desmemoriados y serviles, que fueron suplantando las ideas por las meras palabras vacías de contendido  ideológico y sentido social. Crematorio es el título de esa novela que logró plasmar  definitivamente el compromiso que caracteriza la trayectoria literaria de Rafael Chirbes. Iniciar la histórica narración literaria del siglo XXI de la España irredenta, su espacio vivido, con espíritu  crítico y provocador, arriesgando la suma de su propia  vivencia de observador literario, apuesta desafiante en un ambicioso  empeño  por abarcar toda la tragedia defraudadora y sus holgados beneficios para la camarilla dirigente. Y ser galardonado con el Premio de la Crítica con esa narración considerada “una de las mejores de la literatura española en lo que va de siglo

Y tras aquella aventura retadora y crítica, se sumó en 2013 la novela considerada la  segunda parte del proceso literario sobre la sociedad española En la orilla. Una obra en la que Chirbes muestra la depravada corrupción de un estado social desenfrenado y tortuoso camino hacia un abismo desolador. Donde descarnadamente se muestran tanto las debilidades como la perversidad del hombre en los túneles intrigantes de la obscenidad y el despotismo deslustrado tras seis años de desvarío social, cuando corre este 2014, donde el estado de desamparo que asola el país muestra la putrefacción galopante fruto de la desmemoria de la izquierda pandillera con nómina mensual garantizada, que se derrumba hasta el más bajo nivel de la mediocridad y la cochambre. Esta es En la orilla  nuevo Premio de la Crítica en 2013. Narración en la que prosigue la triste indecencia  de la España del siglo XXI, culminando así el  final de la comedia de la Transición, el derrumbamiento económico y social de una España beoda y corrupta, la de “coge y el dinero y corre” donde la degeneración en todo su amplio campo depravado narrada en palpitante monólogo  que se desarrolla entre la primera y tercera persona. Es una obra para lectores exigentes y abiertos que se debe de recomendar a los políticos para que vean el reflejo de su propia estampa degenerativa.

Mostrar donde terminara de pudrirse, fundiéndose en el nauseabundo pantano que la historia que describe como telón de fondo.  Magistral modelo e inmensa denuncia expositora de las diferentes facetas del proceso. Fuentes en las que puede alimentarse el realismo literario admirablemente expuesto, por encima de todas las modas literarias, que se le puede aplicar a modo de doloroso elogio en verso de César Vallejo “Salud  hombre de Dios, mata y escribe” sin piedad alguna, pues basta ya de eufemismos para vestir con perfumes de caridad arrastrada al estado de esclavitud a los que se somete a los de abajo “los menos favorecidos” , en fechas que corren devorando los últimos residuos de la clase media, que recordando a Brecht, permite preguntarse, ¿a qué puerta llamaran a continuación en este delirio destructivo de la sociedad?. La sombra de Thomas Bernard recorre este monólogo.

Y como absoluto protagonista de tan vibrante historia está el carpintero Esteban, un hombre de 70 años, afligido al máximo  obligado a tener que cerrar su empresa de carpintería dada la crisis, que lo convierte en derrotado tras llevar al paro a sus trabajadores y buscar refugio en casa para cuidar al padre en lo que le queda de corta vida, asumiendo el papel de víctima y verdugo de tan descarnada historia. Realidad trágica para una mayoría de la sociedad española en la que se ha sumido en tan corto período de tiempo víctima de la indecencia y la avaricia de la explotación del poder y sus dóciles servidores políticos. Ellos son los grabadores del capítulo trágico de nuestra actual situación. Algo difícil de olvidar por los que aún somos victimas y testigos de tan dramática etapa, que igualmente no podrán ser borradas por las nuevas generaciones.

Francisco Vélez Nieto

Pueden contactar con el autor en la dirección electrónica: veleznieto@telefonica.net


Acompañamos tres enlaces de interés sobre el autor y su obra, a través de entrevistas, artículos inéditos aparecidos en diversos medios de comunicación:

ABC. Rafael Chirbes: "No hay riqueza inocente". AQUÍ

EL CULTURAL. Rafael Chirbes. Consigo mismo. AQUÍ

EL CULTURAL. Rafael Chirbes: "Que mis libros hablen por mí" AQUÍ

EL PAÍS. Artículos de Rafael Chirbes. AQUÍ

EL MUNDO. Fallece Rafael Chirbes, la letra y la rabia de la crisis. AQUÍ

EL PAÍS. La gran novela de la crisis en España. AQUÍ

Mi harmónica. Por Jesús Solano

   
Los niños de la concha. Murillo.167o
Era tiempo de Pascua, y los fríos arreciaban más que nunca por las calles solitarias con olor a castañas tostadas y rizos de garrapiñadas. En aquellas fechas habitaba un calor especial en las casas, y circulaba el ambiente propio de los días. Anises, pestiños, roscos de vino, empanadillas con rellenos de cabello de ángel, tortas y otros dulces de masa frita.

Recuerdo aquellas fechas en mi edad de juventud, cuando mis hermanas y yo esperábamos el gran acontecimiento de la Fiesta. Era el anuncio de un envío por ferrocarril, de un gran cajón de madera lleno de dulces navideños procedente de la Confitería de mi abuela Frasquita, que regentaba, tras la muerte de mi abuelo en Aguilar de la Frontera; y que  era acarreado hasta nuestra casa por un mozo de estación, a quien, se le conocía en Marchena por el sobre nombre de  Cordones. El júbilo y la escandalera tenían dimensiones de boda. Mi padre, como el que descubría un tesoro, sacaba las puntillas y las tablas de la tapa superior, hasta ver la primera tanda, que era de caramelos. Luego iban saliendo los alfajores, los mantecados de canela, las figuritas de mazapán, las sombrillitas de chocolate, y un sin fin de golosinas hasta llegar al fondo.
                        
   Desde que llegaba el cajón-baúl, era imposible  que mis padres pudieran controlar las idas y venidas que todos hacíamos al lugar del escondite, suponiendo esto la merma considerable de los dulces, en tan poco tiempo que, a veces, no llegaban a la festividad de los Reyes Magos. En un rincón del piso se ponía el Belén, que era visitado por toda la vecindad y las amigas del colegio de mis hermanas y amigos del mío. Yo, cada día, adelantaba las figuras de los Reyes Magos hacia el Portal, con la ilusión  de todos los años: el  recibir la mejor armónica que hubiese visto en la revista de juguetes que recibía mi padre, de  Galerías Preciados de Madrid, o en los escaparates de las tiendas que se habilitaban para los regalos.

   Un año, vi en uno de esos escaparates,- concretamente en la tienda Los Caminos, de Francisco Campos, calle Plaza Vieja - una armónica marca Hohner-Chromátic de 64 registros, en su magnífico estuche, que llegó a tenerme sin sueño varias noches. La petición fue inmediata. Yo quería esa armónica por encima de todo. Era una armónica mejor que la de mi amigo Joaquín Aguilar, con quien tocaba algunas veces; y que yo miraba  con un celo especial cuando me la dejaba acariciar con mis manos. Pero había que esperar hasta la madrugada del día 5 de enero, que fue para mí como si pasara el tiempo de un año. Mi padre, a cambio, me pedía todos los deberes de tiempos pasados y algo más. Cuando llegó el día señalado, y sin poder dar crédito a lo que me estaba pasando, la armónica del escaparate estaba ante mis ojos.

   La luz de la habitación era otra. El frío de la madrugada no existía. El tiempo se había parado, y la música entró en mí, como algo espiritual; y sin poder yo decir nada de lo que me estaba pasando. La tomé en mis manos, me la acerqué a los labios, y tras la emisión de un suave soplo, me escuché como nunca en las melodías que yo tocaba. Mi cuerpo se transformó, y mis deseos se hicieron realidad.

   Hoy, después de haber pasado tantos años, sigo recordándola cada vez que  llegan estas fechas; y ya, casi sin tocarla, la acaricio y la vuelvo a colocar en su estuche, con la nostalgia de aquel día de Reyes Magos.

Jesús Solano

Pueden contactar con el autor en la dirección electrónica: poetasolano@gmail.com

     
Jesús Solano
Jesús Solano, (Aguilar de la Frontera) Córdoba 1942. 

Afincado en Marchena desde los 7 años, empieza sus colaboraciones en distintos medios de  comunicación  radio y prensa  desde 1986. 

Aficionado a  la música desde muy temprana edad, practica el piano y estudia la vida y la  obra del compositor  sevillano  Joaquín Turina, llegando a publicar trabajos y a dar conferencias sobre el compositor. 

Es miembro activo de la Asociación Literaria, Cuadernos de Roldán.     Es Académico de la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes  y Buenas Letras "Vélez de Guevara " Écija y miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España. En el año 1992 dirigió las lecturas poéticas de la Exposición Universal de Sevilla, Los Viernes Poéticos de la Sevilla Universal. (Casa de las Columnas). 

Sus poemas aparecen en distintas antologías y son motivo de estudio y trabajos en Universidades como la de Sevilla (Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Secretariado de Publicaciones. Nº 18,19. CAUCE.  Universidad de St. Thomas (Canadá). En Abril de 2000 estrena "La Saeta en Escena". Montaje teatral lírico- musical  y visual. En marzo 2001 y bajo el título "Diálogos con la Saeta", estrena en Sevilla una nueva versión en la Iglesia de San Andrés con el Grupo de Cámara "El Clamor". 

En el 2002 El Centro  de Producción Bibliográfico de la ONCE le traduce al sistema braille sus tres últimas obras. Por último ha  trabajado  como Luthier desde el 2005/2009  sobre instrumento de cuerda, en los talleres de Manuel Mª Suárez Cobano, (para su colección particular) así como en la construcción y creación de guitarras de diseño y estudiar en profundidad la patología en los guitarristas, llegando a construir la primera guitarra ergonómica para corregir los problemas que, a medio y a largo plazo, produce este instrumento, debido a las muchas horas de estudio.   

En el 2012 le conceden la distinción de Premio de Andalucía el Ayuntamiento de Marchena. título de “Marchenero del Año”por toda una carrera literaria y de creatividad. El tres de mayo del 2012 le conceden la Medalla de Oro al Trabajo la Editorial  Granada Costa por su aportación  a la cultura literaria  y musical. En el año 2014 la editorial Granada Costa le publica Poética de Noviembre Cien Poemas Góticos.  

Obra Publicada.

Poesía:
 A Orillas del Bronce 1986. Jirones de Sentimientos 1988. Sueños de Erato1988. Claustro de mis Pasos 1990Cantos de la Espera  1994.  Jacaranda 1996.  Travesía de Regreso 2000. Poemas de Cuadernos 2001.  Con la Voz del verano 2010 Poetica de Noviembre 2014

Poesia experimental:
 Poemúsica  1987.  De la Música en el Verso.2008.  
                         
Saetario:
 “Quejíos” de Amor.1990.

Flamenco:
Al “ Compá” de mis  Duendes. 1992.

Ensayo  y prosa poética :
Cuando la Luz Vuelve. 2003.

Relatos cortos:
Después que ha pasado el tiempo. 2004  


viernes, 14 de agosto de 2015

Espacio poético. Una mirada caleidoscópica sobre la poesía contemporánea escrita en español ( I )

Pintura del mar con olas, de Alex Dzigurski.
Desde de la Delegación en Sevilla de ACE-Andalucía propiciamos el encuentro con la poesía en el vasto horizonte que sólo en ella se halla y genera: un océano de luz sobre el que precipitarse.

Espacio poético es una mirada caleidoscópica sobre la poesía contemporánea escrita en español. 
Heterogéneas voces líricas que confluyen en la corriente más fecunda. Una muestra intergeneracional, rica y diversa para conocer, descubrir y revelar el poso de lo esencial.

Luz Cultural Magazine es una publicación que evidencia el tacto y sensibilidad de su director Carlos Rascón posibilitando que la palabra poética recobre su protagonismo y regrese del exilio a la que ha sido arrojada por los medios de comunicación. 

En esta primera entrega les invitamos a degustar la palabra poética de Mari Paz Cerrejón, María del Valle Rubio, Juan Sebastián y Luis Miguel León AQUÍ

El pensamiento del poeta mexicano Octavio Paz permanece indeleble: 

La poesía ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión. Porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, del amor dichoso, también lo es de la desesperación. Y tanto como un ruego puede ser una blasfemia".

Alex Dzigurski Sr. (1911-1995) uno de los pintores de paisajes marinos más reconocidos a nivel internacional.

jueves, 13 de agosto de 2015

Aquilino Duque. Sección Miradas sobre la literatura ( I )

Aquilino Duque
Con nuestro compañero Aquilino Duque comenzamos una nueva sección dentro del blog de la Delegación en Sevilla de ACE-Andalucía bajo el título Miradas sobre la literatura. En la que los escritores serán exclusivos protagonistas a través de su propia palabra.

En este caso con la participación en el programa televisivo A fondo. Fue una interesante serie de entrevistas dirigidas y presentadas por el periodista Joaquín Soler Serrano que se emitió en la televisión pública española (TVE) entre 1976 y 1981. Los entrevistados eran siempre personalidades del ámbito artístico, literario y científico de la época.
Aquilino Duque Gimeno es un escritor español nacido en Sevilla el 6 de enero de 1931. Fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura en1974. Anteriormente había obtenido el Premio Leopoldo Panero de poesía en 1968, el Premio Ciudad de Sevilla de novela en 1970 y el Premio Fastenrath de la Real Academia Española en 1972.

Más información sobre el autor AQUÍ

La entrevista se encuentra dividida por fragmentos:








miércoles, 12 de agosto de 2015

Omar Khayyam: la metafísica del vino. Por Isabel Martín Salinas

El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio.
Toda la ciencia de los hombres: palabras.
Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras.
El resultado de tu meditación perpetua: nada.

  
Detalle de mosaico con torcularium.
Iglesia de Lot y Próculo, Mount Nebo, Jordania
Erudito y poeta persa, Omar Khayyam, vivió en Nishapur entre los siglos XI y XII de nuestra era. Es autor de Rubaiyyat (1), un corpus de poemas –algunos de dudosa atribución–, compendio de muchas de las preocupaciones poéticas y humanas de todos los tiempos.
   Los temas de Omar Khayyam son eternos; aparecen antes y después de él en la literatura universal. Su poesía, breve y de sencilla factura, se vale fundamentalmente  de imágenes inspiradas en la naturaleza –flores, pájaros, ríos, nubes, viento, arcilla– para cantar la fugacidad de la existencia y el oscuro destino de los seres humanos.
   Convencido de la inutilidad de la ciencia y la metafísica para responder las eternas preguntas del hombre, ávido y desencantado, proclama que la embriaguez es el único modo de mitigar el dolor de la vida:

Nadie puede comprender lo misterioso. Nadie es capaz de ver
qué se esconde bajo las apariencias. Todas nuestras moradas
son provisionales, salvo la última: la tierra.
¡Bebe vino! ¡Basta de palabras inútiles!

Y en otros versos:


¡Todos los reinos por una copa de vino precioso!
¡Todos los libros y toda la ciencia de los hombres por un suave aroma de vino!
¡Todos los himnos de amor por la canción del vino que corre! (…)

   Su sed de conocimiento, nunca satisfecha, se transforma en amarga lucidez y en deseo de evadirse, de adormecerse a través del vino y, también, del amor:

Ven, mi grácil amada. Quiero pedir a la embriaguez
que me haga olvidar que nunca sabremos nada (…).

   Sus cuartetas, Rubaiyyat, sin embargo, no constituyen un canto a los placeres como fuente última y precisa de felicidad humana:

¡Vino! ¡Mi corazón enfermo quiere ese remedio!
¡Vino de aroma almizclado! ¡Vino color de rosa!
¡Vino para apagar el incendio de mi tristeza!
¡Vino y tu laúd de cuerdas de seda, amada mía!

   Omar Khayyam no es un hedonista. Cuando invoca el placer del vino o del amor no lo hace desde la mesura apolínea (2) de Epicuro; no los concibe como disfrute razonable y fin natural de la existencia humana. Muy al contrario, para el poeta, el vino y el amor son imperfecta medicina que debe apurarse sin tasa, bálsamo que mitiga, pero no cura la sinrazón de la vida:

¡Laúdes, perfumes y copas; labios, cabelleras y grandes ojos,
 juguetes que el tiempo destruye, juguetes!
¡Austeridad, soledad y labor; meditación, plegaria y renuncia,
cenizas que el tiempo aplasta, cenizas!

   Por otra parte, carece del tono jocoso, distante e irónico de Anacreonte, su predecesor más emblemático, quien, además de cantar el amor de esquivos efebos y procaces hetairas de Lesbos, ya había convertido el vino y la embriaguez en materia poética. Khayyam toma el amor con la misma tristeza y melancolía con que trasiega vino. La presencia constante de la muerte mediatiza el gozo de cualquier instante:

Tenía sueño. La Sabiduría me dijo: “Las rosas de la felicidad
no perfuman jamás el sueño. En lugar de abandonarte
a este hermano de la Muerte, ¡bebe vino!
Tienes toda la eternidad para dormir”.

   Asimismo, su escepticismo religioso lo aboca a una absoluta desesperanza. Para Khayyam, Alá ha dotado al hombre de lucidez y consciencia de sí mismo y del mundo, pero le ha negado las claves de la existencia humana. Lo ha hecho inteligente, lo ha capacitado para preguntarse sobre todas las cosas y, a la vez, le ha vedado las respuestas.
   Intensifica aún más su pesimismo la percepción de Dios como un ente lejano e insensible. Y en este extremo coincide con Epicuro; la divinidad es indiferente a la suerte de los hombres puesto que no se inmuta ante las miserias de sus criaturas:

El creador del universo y de las estrellas
verdaderamente se superó al crear el dolor.
Labios como el rubí, cabelleras perfumadas,
¿cuántas sois bajo la tierra?

Y en otra cuarteta:

El bien y el mal aquí abajo se disputan la ventaja.
El cielo no es responsable de la felicidad o de la desgracia (…)
No des gracias al cielo.
No lo acuses… Es tan indiferente a tus alegrías como a tus penas.

   Ante la indiferencia de Dios por nuestra suerte, la existencia está en manos del azar:

(…) Lo que ha de sucederte está escrito en el Libro
que hojea, al azar, el viento de la eternidad.

   Temas recurrentes de sus cuartetas serán, por tanto, la fugacidad de la vida y la llegada de la muerte:

(…) Nuestra vida es breve como un incendio. Llamas que se olvidan,
cenizas que el viento dispersa: un hombre ha vivido.


   Ambos temas, fugacidad y muerte, aparecen como únicas certezas comprobables, único destino ineludible:

El viento del Sur ha marchitado aquella rosa
de la cual el ruiseñor cantaba sus elogios.
¿Debemos llorar por ella o por nosotros?
Cuando la Muerte haya marchitado nuestras mejillas,  otras rosas florecerán.

Insta a disfrutar el presente, el carpe diem, que en Omar Khayyam se transforma en un aquí y ahora no exento de amargura:

¡Bebe vino! Recibirás vida eterna.
El vino es el único filtro que puede devolverte tu juventud.
¡Divina estación de las rosas, del vino y de los amigos!
Goza de este instante fugitivo que es la vida.

En sus Rubaiyyat, a veces, la muerte también da paso a la vida:

(…) La violeta nace de una peca
que estrellaba el rostro de un adolescente (…).

   Y la misma muerte convierte a los hombres en arcilla con la que se fabrican las jarras y las copas de vino, que ayudarán a otros hombres a sobrellevar la existencia:

En un susurro dijo la arcilla
al alfarero que la amasaba:
“Recuerda que he sido como tú…
No me maltrates”.

   También en estos versos:

(…)Antaño esta jarra era un pobre amante
que gemía por la indiferencia de una mujer (…)

   Igual que para otros poetas, antes y después de él, la vida se representa como un sueño infortunado y breve:

(…) No busques la felicidad. La vida es más breve que un suspiro.
 El universo es un espejismo. La vida, un sueño (…).

   Un sueño presente también en la muerte:

Sueño sobre la tierra. Sueño bajo la tierra.
Sobre la tierra, bajo la tierra, cuerpos tendidos.
Nada en todas partes. Desierto de la nada.
Unos hombres llegan. Otros se van.

   Finalmente, Omar Khayyam no puede distanciarse ni mediante el vino, ni mediante el amor, de su ansia metafísica nunca saciada, del vacío que para él representa la existencia; no puede, definitivamente, sustraerse a su pesimismo poético y vital:

Bebe vino porque dormirás mucho tiempo
bajo tierra, sin amigo, sin mujer.
Yo te confío un secreto:
los tulipanes marchitos no vuelven a florecer.


Isabel Martín Salinas

  
(1) Khayyam, Omar. Rubaiyyat. Traducción de Ramón Hervás. Barcelona: Ediciones 29, 1993.


(2) Nietzsche, Friedrich. El Nacimiento de la Tragedia. Madrid: Alianza Editorial, 1980.


Pueden contactar con la autora en la dirección electrónica: imsalinas@telefonica.net


Isabel Martín Salinas
Isabel Martín Salinas (Adra-Almería-1957). Dramaturga, ensayista y poeta. 

Ha sido finalista para el Premio Andalucía de la crítica 2012 en la modalidad de Teatro por sus textos dramáticos El hoyo 18.Un soplo de viento. 

Colaboró como  guionista en el Magazín “A pleno sur”, de Canal Sur Radio, Almería (1989-1992). 

Posteriormente ha desarrollado una intensa actividad teatral como dramaturga, directora de escena y actriz. Parte de su producción poética se encuentra ya en sus textos teatrales y ha sido también publicada en numerosas antologías. Musicaliza y canta sus propios poemas. 

Como cantautora ha participado en un centenar de recitales. Es autora del libreto para ópera El Maestro. Pertenece a la Asociación de Autores de Teatro de España, a la ACE-Andalucía, a la Unión Nacional de Escritores de España, a la Asociación Cultural y Literaria La Avellaneda y a la SGAE.  

Publicaciones:

El pozo. La noche de Diógenes. ¡Menos cuento! Teatro Escogido. IEA, 2007.
Collar de cerezas. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2007.Teatro español. Siglo 21º  CDU: 821.134.2-2"21"

Rita, en Mujeres para mujeres. Teatro breve. Varias autoras. Instituto Andaluz de la Mujer-Jirones de azul, 2009.

El hoyo 18. Un soplo de viento. Teatro en internet nº 8. Consejería de Cultura, 2011. Sombra mía. En Dime que me quieres. Narrativa. Ayuntamiento de Málaga, 2009.
Hispania, Hispania. Segundas partes. Verano del membrillo. Instituto de Estudios Almerienses, 2012.

A ráfagas tu nombre. Poemario. Ediciones Torremozas, 2014.